Perros y bebés (II): Pon un perro en su vida

Siguiendo con el post anterior sobre Perros y Bebés en el cual se analizaban las claves para conseguir una buena convivencia entre los recién nacidos y los perros; continuamos ahora con esta entrada en la que veremos algunos aspectos positivos de la presencia del perro en casa durante la etapa bebé e infantil de los niños. Durante muchos años, en la sociedad española, se ha considerado al perro como un elemento que podía transmitir enfermedades a los seres humanos y, más concretamente, a los niños; y, por tal motivo, se mantenían fuera de las casas. Sin embargo, esto ha cambiado y actualmente forman parte de las familias como uno más. Así mismo, desde el punto de vista científico, diferentes grupos de investigación han desarrollado estudios que muestran las bondades a nivel de salud física y mental que supone la presencia del perro en la vida de un niño. Veamos algunos ejemplos:

Este año 2012 se hizo público un estudio en la revista especializada «Pediatrics» donde se ponía de relieve la relación existente entre la presencia de un perro en el hogar y una menor incidencia de enfermedades infecciosas en niños menores de un año respecto a aquellos que no conviven con un can. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Kuopio en Finlandia, destaca  que la reducción es del 30% en dolencias relacionadas con el aparato respiratorio y, hasta un 50% de menor incidencia en infecciones de oído. Esto resulta muy interesante pues estos dos tipos de patologías se presentan como algunas de las más frecuentes entre la población neonatal y supone la confirmación científica de las bondades que, a nivel físico, presenta la presencia de perros en casa durante el primer año de vida del niño.

Pero no solo existen estudios en esta línea, otros tantos indican que la presencia de perros en casa está directamente relacionada con una mejor comunicación interemocional y una mejor socialización (Berger Reinhold – Warum Kinder Tiere branchen, 2000). Estos y otros similares los recoge Dieter Krowatschek, terapeuta infantil especializado en Terapia Asistida con Animales (TAA) en su libro Los niños necesitan animales de compañía. El profesor Dieter, hace un repaso de las ventajas que tiene crecer cerca de un animal de compañía, específicamente el perro. Así, Krowatschek afirma en su libro que: «Las personas que en la niñez tuvieron una relación estrecha con su mascota encuentran menos dificultades para mantener una relación interpersonal positiva que otras personas». También nos muestra algunos casos reales en los que su perra Fly, una perra Border Collie, le ha ayudado a trabajar con niños con diferentes problemas de comportamiento, obteniendo resultados sorprendentes. Así, el autor insiste en los beneficios que supone la compañía y la relación del perro en el núcleo familiar llegando a facilitar soluciones en situaciones conflictivas entre padres e hijos: «Actualmente, sabemos que los perros pueden corregir y solucionar problemas en las relaciones entre padres e hijos. Pueden complementar la educación de los padres cuando existe algún tipo de déficit».

Por supuesto, la sola presencia del perro no determinará un crecimiento sano a nivel físico, social y mental, ya que son muchísimas otras las circunstancias presentes en el desarrollo de los niños que definirán estos aspectos. Sin embargo, dados los resultados que se han obtenido en estos estudios, deben servirnos como un apoyo más a la hora de tener la certeza de que el perro puede ayudarnos a la crianza de nuestros hijos aportando bienestar físico y emocional a los niños.

 

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