No le grites ¡Enséñale!


El oido de los perros por raulespert

Como podéis ver en el vídeo, las capacidades auditivas de los perros son excepcionales. Sin embargo, en numerosas ocasiones me he encontrado a personas que elevan en exceso la voz para dirigirse a sus perros. En el caso concreto de mi padre, lo achaco directamente a esa tradición andaluza de hablar para que te enteres tú y el resto de la comunidad. Pero, otras muchas veces, estos gritos están ocasionados por una impotencia que supera cierto umbral de tolerancia cuando nuestro perro sigue a lo suyo después de llamarlo quince veces en el parque (exageración andaluza… ¿o no?) o pedirle que se siente mientras el perro revolotea detrás de su plato de comida.

Como les repito a todos mis clientes en estas situaciones ciertamente estresantes: «No es que vuestro perro no os escuche es que, o bien no sabe lo que le estás pidiendo (Ven acá pa’cá que te voy a cortar las orejas, no tiene significado alguno para el perro, al menos a priori) o bien, es que vuestro perro os está desobedeciendo deliberadamente, puesto que ya le habéis enseñado a que «ven aquí» significa justo eso mismo». Por tanto, antes de malgastar nuestras preciadas cuerdas vocales y estirar nuestra capacidad pulmonar hasta extremos insospechados, planteémonos que el problema, en un alto porcentaje, está en nuestro lado de la correa: ¿Le he enseñado unas órdenes claras? ¿Sabe ejecutarlas bien en cualquier situación o solo cuándo están en casa delante de una jugosa salchicha? ¿Entiende que sentarse es apoyar su parte trasera en el suelo o simplemente es un movimiento mecánico como consecuencia de una expectativa para conseguir un premio?

Del binomio, perro-humano, se supone que nosotros somos la parte inteligente, entonces ¿por qué nos empecinamos en hacer cosas que contradicen esta teoría? Nuestros perros tienen una capacidad de aprendizaje alta en comparación con otros animales, sin embargo está en nuestras manos aprovechar esto o debilitar dicha capacidad: castigo tras castigo, grito tras grito. Modelos y métodos de aprendizaje hay muchos, escoge el que más se ajuste a tu personalidad y a la de tu perro, y ¡enséñale! Seguramente que, tras un entrenamiento bien estructurado y ordenado, vuestro perro recupera esa capacidad auditiva que creíais perdida por momentos 😀

Comments

  1. Hola David! Pues la verdad es que es una cosa muy humana, y si cambias al perro por un niño sigue siendo real… Tendemos a hacer más de lo mismo (gritar cada vez más alto) para conseguir un resultado distinto, y no tiene mucho sentido. Es como cuando le damos a un botón del mando y no funciona, que lo apretamos cada vez más fuerte en vez de cambiarle las pilas.
    Un abrazo (y paciencia en la carretera a los que salgan)!! 🙂

  2. Hola Javier, totalmente de acuerdo… lo del mando a distancia me lo apunto 😉 es un buen ejemplo.

    Un abrazo!

  3. nando

    david, la frustración que nos crea el perro al no sentarse, o no venir, o comerse un paquete enterito de toallitas, en general, nace en nosotros, en nuestro lanz de la correa como muy bien dices. Por la experiencia que voy tomando en esto de educar un perro, más allá de sentado o suelo, depende en gran parte de mi estado que mi perro me haga caso o se haga el loco y no haga nada. El día que uno esta bien, dinámico, el animal reacciona igual, pero sí tienes un día de estos raros…todo va mal. En fin, un saludo de nuestra parte,muy guay el artículo

  4. Es cierto Nando, nuestro estado emocional es detectado por el perro, por eso no es bueno trabajar con ellos cuando estamos mal o enfadados, porque seguramente le transmitamos esas malas sensaciones al animal.

    Ya ves que lo importante no es conseguir la conducta deseada, sino cómo conseguimos dicha conducta. Me alegra que te haya gustado,

    Un abrazo para ti y otro para Miru!

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