Castración ¿sí o no? Esa es la cuestión…

Una de las principales dudas que suelen asaltar a dueños de perros es saber si la castración ayudará a solucionar determinados problemas de conducta asociados, por norma general, a la agresión con otros perros, la micción o el escapismo. Dándonos una vuelta por la red encontraremos diferentes opiniones al respecto: Hay quien recomienda castrar siempre, hay quien dice todo lo contrario y, por supuesto, los que defienden que todo depende de cada situación. ¿Quién lleva la razón? ¿Hay demostración científica de cada argumento? Veámoslo.

El caso más frecuente en el cual se suele recurrir a la castración es a la agresión intraespecífica entre machos. La castración en estos casos, va a depender del origen de dicha agresión, por ejemplo, no es lo mismo que el perro macho agreda por una mala socialización que por una cuestión relacionada con su conducta sexual. En el primer caso, la castración podría no dar ningún tipo de resultado a nivel conductual, pues no son las hormonas masculinas las que motorizan principalmente la agresión. Pero en el segundo caso, podríamos tener un éxito entre el 60-70% (Hart y Eckstein, 1997) y también una disminución del marcaje territorial entre el 50-60% (Manteca, 1996 y 2002) que es otro de los «greatest hits» de la conducta inadecuada en casa.

Por contra, otros estudios revelan que la castración en situación de agresión intraespecífica entre hembras no está recomendada porque lo que se conseguirá con dicha castración es aumentar el problema (Roll y Unshelm, 1997) y (Podberscek y Serpell, 1996) entre otros. Esto es así, porque la progesterona (hormona femenina) «amortigua» a la testosterona (hormona masculina) presente en el organismo de las hembras aunque en menor medida que en los machos. Por tanto, si eliminamos progesterona cuyo efecto en el organismo es tranquilizador, permitimos que la testosterona, presente en los procesos químicos ligados a la agresión, tome protagonismo y haga mayor efecto. Por último, problemas menos graves, pero que pueden mejorarse con la castración son el vagabundeo, hasta el 90% (Mateca, 2002); o la monta (Overall, 2001).

En vista de lo anterior, mi consejo vuelve a ser el de siempre, ante cualquier problema de conducta ya sea más o menos grave, acudid a un profesional cualificado: Veterinario o educador canino que os pueda dar una orientación sobre qué es lo mejor para vuestro perro y cómo tratarlo. La castración no es milagrosa pero sí que puede ser de gran ayuda en determinados perros y contextos pero, como habéis leído, no es algo que se deba hacer a diestro y siniestro sin tener en cuenta más consideraciones que la de «mi perro agrede, tengo que castrar».

Bibliografía: Efectos de la castración del perro sobre diferentes patrones conductuales

Comments

  1. Buenas David, me parece muy interesante q abordes este tema. En mi opinión como veterinario, siempre q el el perr@, no esté destinado a la cría, se debe esterilizar. Si bien es verdad, que no va a mejorar todos los problemas de comportamiento de nuestra mascota, si va a tener efectos preventivos para su salud, y va a ayudar a controlar la población canina. En general, valorando el riesgo de la intervención y el beneficio q conseguimos, en cuanto a su salud, creo que la tas de esterilización debería ser más alta cada vez.

  2. Hola compañero, estoy de acuerdo contigo… en general debería ser mucho mayor la tasa de esterilización porque, en situaciones en las que no existen graves problemas comportamentales, la castración es una opción que todo dueño de perro que no lo quiere destinar a la cría, debería plantearse.

    Saludos

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