La Inteligencia Social en el perro.
Perros que entienden gestos y miradas
En muchas ocasiones hemos escuchado decir de nuestros familiares, amigos o nosotros mismos: «Parece que mi perro me entiende» o, «es capaz de saber cómo me siento en cada momento» o la no menos conocida «solo le falta hablar, sé perfectamente qué quiere en cada momento». Estas expresiones, más allá de esconder una interpretación subjetiva de señales, esconde un verdadero artificio de ingeniería social construído durante miles de años y que ha dado lugar a lo que se llama: Inteligencia Social y, desde hace algunos años, se ha incluido en el estudio de los perros. Daniel Goleman, uno de los científicos más preocupados por el estudio de las emociones y su importancia en la adaptación de los seres humanos a su entorno, nos define este concepto en su libro Inteligencia Social: «como una aptitud que no solo implica conocer el funcionamiento de las relaciones, sino también comportarse inteligentemente en ellas».
El proceso de socialización y domesticación llevado a cabo por el perro y el ser humano (de manera mutua) desde hace más de 200000 años como indican los últimos estudios en genética de la Universidad de Durham sobre ADN mitocondrial (Peter Rowly-Conwy) ha generado en el perro una inteligencia social solo comparable con la del ser humano. Tal hecho es tan relevante para la comunidad científica que el propio Instituto Max Plank de Leipzig, conocido mundialmente por sus estudios en Antropología; viene desarrollando pruebas que demuestran que la conducta social del perro, es más similar a la nuestra que la ofrecida por nuestros parientes (genéticamente hablando) más próximos: los primates. La Doctora Juliane Kaminski es la responsable de estos estudios que, entre otros aspectos, han estudiado la inteligencia comparándola con la de un niño pequeño (2007) o el aprendizaje de palabras en los perros (2004); si bien los estudios que ha levantado más atención en la comunidad científica son los publicados en (2009): «Domestic dogs comprehend human communication with iconic signs» y en (2008): «Domestic dogs are sensitive to a human’s perspective» en los que se hace una descripción de estas habilidades sociales adquiridas por los perros tras años de convivencia con nosotros. Se han especializado en identificar señales nuestras: si señalamos un objeto seguramente se acercarán a él o lo cogerán y si miramos en una dirección seguramente ellos fijen la mirada en esa misma línea. Así mismo, conocen nuestras reacciones ante un tipo de expresión facial, por lo que son capaces de reproducir esa «carita de pena» que facilita una recompensa.
En definitiva, el perro es capaz de entendernos y de hacerse entender. La ciencia se ha dado cuenta de ello y empieza a dar pasos en este sentido como los que tuvimos conocimiento a través del fantástico portal: doogweb.es con el post: ¿Cómo piensan los perros?. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero a buen seguro que, a la vuelta de unos años, tendremos un mejor conocimiento del funcionamiento del cerebro del perro que nos dotará de herramientas útiles para afrontar de una mejor manera la convivencia, comunicación y aprendizaje de nuestros perros. Entre tanto, no os asustéis o sorprendáis: Sí, vuestro perro os entiende y hace por entenderse con vosotros, ¡aprovechadlo!
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